2 sept 2009

Alcaldesa pedánea de la Graciosa. 02-09-2009.

Maspalomas (Gran Canaria): Tres décadas después la alcaldesa pedánea de La Graciosa ha sido relevada. "Me voy tranquilita", dice desde su tienda en Caleta del Sebo.


Según Margarona la indigna que las leyes, según ella, protejan más a los pájaros que a los gracioseros. Recuerda que una vez la llamaron de un despacho para que apagaran un foco en la punta del muelle porque "decían que las pardelas se estrompaban". "¿Y los marineros, qué? Venga usted y apáguelo si quiere", le espetó al funcionario que estaba al otro lado del teléfono. Margarita Páez, de 63 años, ha dejado de ser la alcaldesa pedánea de La Graciosa después de tres décadas de vuelo. "Me voy tranquilita", aseguró ayer a este diario.

En este tiempo ha hecho de todo en un lugar como La Graciosa, un paraje que habita en la imaginación y en los sueños de los viajeros pero donde las necesidades han sido -y son- muy reales: "He sido hasta sepulturera y he ayudado en partos a las monjas". Margarona al principio y al fin de la vida de los gracioseros. Margarona al término y al comienzo. Podría ser un resumen de urgencia de los últimos treinta años en la octava isla.

Los acontecimientos en La Graciosa suceden al ritmo que marcan vientos y mareas. Un barco que viró la proa hacia el gran azul a finales de los años setenta cambió la vida de Margarona. A bordo iba Luis Toledo, su antecesor en el cargo de representante del Ayuntamiento de Teguise, del que depende la isla.

"El hombre se tuvo que embarcar a pescar en África y yo me quedé haciendo las tareas que él tenía entre manos", recuerda. La llevó a ello su tendencia natural a implicarse en la batalla diaria de La Graciosa por vencer el aislamiento y la incomprensión, un muro a veces incluso más alto que el Risco de Famara que, al norte de Lanzarote, traza una frontera física y casi mental. "El jormisquegueo de ayudar a la gente lo llevo dentro desde siempre", confirma.

Con ese ímpetu aleteando en su interior, entró en el PIL y ya desde 1983 ocupó el cargo de alcaldesa pedánea bajo las siglas de este partido. Ha sido fiel desde el principio a Dimas Martín. En este tiempo ha compatibilizado el puesto con su negocio, el primer supermercado que hubo en el pueblo de Caleta del Sebo, donde se la puede ver sentada en la caja cualquier día de la semana.

Ha visto cómo la isla se ha convertido en un foco de atracción turística y ha sido estandarte de las quejas de los vecinos ante unas reglas de protección del Parque Natural del Archipiélago Chinijo y de la Reserva Marina que considera excesivas. "A los marineros no les dejan ni virar una piedra para coger carná de vieja", insistía ayer. Porque Margarona seguirá en activo, a su manera. "Seguiré ayudando al que pueda", avanza. Además, le desea suerte al nuevo representante, Domingo Cejas (CC), del que dice que es un "enamorado" de La Graciosa.


El Informador de Maspalomas.
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