Maspalomas, Gran Canaria: La indigencia e inseguridad degradan el Sur de Gran Canaria.
El Sur, al abrigo del buen clima, de la dejación y el desinterés, se ha convertido en refugio de decenas de indigentes. Los hay de todas las nacionalidades y algunos muy violentos, como el que hace pocos días mató a su compañero a patadas a plena luz del día. Patronal y vecinos claman medidas urgentes.
La problemática de la indigencia en la zona turística del Sur está ocasionando más problemas de los esperados, no sólo porque se incrementa día a día el número de estas personas que llegan para quedarse en la isla al abrigo del buen clima, sino porque los que están llegando se confirma que son cada vez más violentos y peligrosos, afirman desde sectores vecinales y empresariales.
La patronal turística de Las Palmas considera que esta situación no sólo requiere de una respuesta policial, que de hecho ya la tiene, sino de acciones políticas, económicas y sociales, preferentemente, «porque muchas de estas personas utilizan como refugios edificios abandonados y en ruina que pertenecen a importantes empresas y que al parecer miran para otro lado para así obtener los permisos que les están negando».
Tanto los vecinos de Maspalomas como los empresarios de Playa del Inglés afirman estar cansados de denunciar y exigir medidas contra lo que consideran es una problema que «se ha dejado enquistar por un exceso de tolerancia y dejación».
Ahora su presencia se extiende como una mancha de aceite, ocupando cuevas, edificios en ruinas, las dunas y el palmeral.
La problemática de la indigencia en la zona turística del Sur está ocasionando más problemas de los esperados, no sólo porque se incrementa día a día el número de estas personas que llegan para quedarse en la isla al abrigo del buen clima, sino porque los que están llegando se confirma que son cada vez más violentos y peligrosos, afirman desde sectores vecinales y empresariales.
La patronal turística de Las Palmas considera que esta situación no sólo requiere de una respuesta policial, que de hecho ya la tiene, sino de acciones políticas, económicas y sociales, preferentemente, «porque muchas de estas personas utilizan como refugios edificios abandonados y en ruina que pertenecen a importantes empresas y que al parecer miran para otro lado para así obtener los permisos que les están negando».
Tanto los vecinos de Maspalomas como los empresarios de Playa del Inglés afirman estar cansados de denunciar y exigir medidas contra lo que consideran es una problema que «se ha dejado enquistar por un exceso de tolerancia y dejación».
Ahora su presencia se extiende como una mancha de aceite, ocupando cuevas, edificios en ruinas, las dunas y el palmeral.
El Informador de Maspalomas.