Gran Canaria: El vino, una nueva alternativa para impulsar el turismo.
una nueva alternativa de desarrollo turístico en Gran Canaria es el turismo vinculado a la actividad vitivinícola, que cuenta con un rico y variado patrimonio natural y etnográfico ligado a la cultura del vino, afirmó ayer en la Universidad de Verano de Maspalomas la doctora en Geografía María del Pino Rodríguez.
Además, destacó en su ponencia El paisaje vitivinícola y su influencia en el desarrollo turístico local, el carácter auténtico de un destino de estas características "que refuerza la identidad, reflejada en un producto específico y temático como es el vino". Al respecto, hizo alusión al parque temático del Monte Lentiscal "un itinerario que permite atravesar el monumento natural de Bandama, disfrutando del paisaje volcánico asociado al cultivo de la vid".
María del Pino señaló que el paisaje vitivinícola como atractivo turístico en Gran Canaria se remonta a la época dorada del turismo, entre los años 1860 y 1914, en la que los visitantes venían atraídos por el clima, el paisaje generado por la actividad vitivinícola y el volcán de Bandama.
Entre los factores que contribuyeron a la presencia de turistas en esta ruta, citó la construcción de la carretera del Centro, el hotel Quinesy´s, y la valorización del paisaje del vino por visitantes ilustres como el antropólogo René Verneau, el botánico Herman Christ, o la escritora Olivia Stone.
"Esta actividad turística se vio truncada por las dos guerras mundiales y la Guerra Civil española, hasta que comenzó a revitalizarse entre 1945 y 1960 con la creación de nuevas estructuras como el mirador del Pico de Bandama, el hotel Santa Brígida, el bar restaurante Bentayga y el campo de golf", indicó María del Pino Rodríguez.
María del Pino también realizó una reseñas históricas del cultivo de la vid en Gran Canaria comentando que las primeras cepas, que procedían del mediterráneo oriental, "fueron plantadas por los propios conquistadores" y que el cultivo y producción del vino, "fue una de las principales fuentes de ingresos a finales del siglo XV".
Explicó que el siglo XVI, se cultivaban las variedades malvasía, verdillo, torrontés y negramoll, en la ciudad de Las Palmas (Barranco Seco), Tafira y Monte Lentiscal y en la Comarca de la Vega (Santa Brígida-San Mateo), cuyo destino era Inglaterra, Flandes, Hamburgo, colonias españolas y portuguesas.
"Una centuria después, el principal destino del vino grancanario eran los mercados europeos y americanos", manifestó María del Pino Rodríguez, que fijó la decadencia del sector en la primera mitad del siglo XVII con la guerra de sucesión a la corona española.
Además, destacó en su ponencia El paisaje vitivinícola y su influencia en el desarrollo turístico local, el carácter auténtico de un destino de estas características "que refuerza la identidad, reflejada en un producto específico y temático como es el vino". Al respecto, hizo alusión al parque temático del Monte Lentiscal "un itinerario que permite atravesar el monumento natural de Bandama, disfrutando del paisaje volcánico asociado al cultivo de la vid".
María del Pino señaló que el paisaje vitivinícola como atractivo turístico en Gran Canaria se remonta a la época dorada del turismo, entre los años 1860 y 1914, en la que los visitantes venían atraídos por el clima, el paisaje generado por la actividad vitivinícola y el volcán de Bandama.
Entre los factores que contribuyeron a la presencia de turistas en esta ruta, citó la construcción de la carretera del Centro, el hotel Quinesy´s, y la valorización del paisaje del vino por visitantes ilustres como el antropólogo René Verneau, el botánico Herman Christ, o la escritora Olivia Stone.
"Esta actividad turística se vio truncada por las dos guerras mundiales y la Guerra Civil española, hasta que comenzó a revitalizarse entre 1945 y 1960 con la creación de nuevas estructuras como el mirador del Pico de Bandama, el hotel Santa Brígida, el bar restaurante Bentayga y el campo de golf", indicó María del Pino Rodríguez.
María del Pino también realizó una reseñas históricas del cultivo de la vid en Gran Canaria comentando que las primeras cepas, que procedían del mediterráneo oriental, "fueron plantadas por los propios conquistadores" y que el cultivo y producción del vino, "fue una de las principales fuentes de ingresos a finales del siglo XV".
Explicó que el siglo XVI, se cultivaban las variedades malvasía, verdillo, torrontés y negramoll, en la ciudad de Las Palmas (Barranco Seco), Tafira y Monte Lentiscal y en la Comarca de la Vega (Santa Brígida-San Mateo), cuyo destino era Inglaterra, Flandes, Hamburgo, colonias españolas y portuguesas.
"Una centuria después, el principal destino del vino grancanario eran los mercados europeos y americanos", manifestó María del Pino Rodríguez, que fijó la decadencia del sector en la primera mitad del siglo XVII con la guerra de sucesión a la corona española.
El Informador de Maspalomas.