San Bartolomé de Tirajana, Gran Canaria: 150 euros por cliente cuesta el cierre de El Veril a los hoteles.
Debido a las obras que realiza la Dirección General de Costas, el cierre de las playas de El Veril y del Cochino lo pagan los hoteleros. Los turoperadores vendieron alojamiento con playa y como el cliente no puede hacer uso de las mismas reclama. La sanción son 150 euros por cada reclamación.
La comercialización de los productos turísticos tienen su secreto, y si no se está al corriente de los mismos, lo mínimo que hay que hacer es consultar con quienes conocen del tema. Esto fue lo que al parecer no hizo la Dirección General, que al cerrar las playas de El Veril y del Cochino ha cargado con reclamaciones y sanciones económicas a los hoteleros de la zona.
«Estamos quemados, nos llueven las reclamaciones todos los días», afirma Francisco Betancor, propietario del Hotel Lucana, señalando que no entiende los motivos por los cuales la Dirección General Costas sigue vallando los accesos a la playas.
«Todos hemos visto que han terminado con el vertido de la arena de las Canteras; esto nos parece muy bien, fabuloso, pero ahora la mantienen cerrada de lunes a viernes y la abren los fines de semana, y esto nos está costando dinero de nuestras empresas» enfatiza el empresario.
Francisco Betancor explica que los clientes compraron sus vacaciones en hoteles como el suyo por su cercanía con la playa y cuando llegaron se encontraron con la sorpresa de que no pueden hacer uso de las mismas, por lo que al regresar a su país de origen, como es habitual en clientes norte y centro europeos, interponen la correspondiente reclamación ante el turoperador, que fue quien le vendió las vacaciones.
Entonces el turoperador, que no tiene otro remedio que reconocer la veracidad de la demanda, paga la reclamación a razón de 150 euros por cliente, una cantidad que inmediatamente repercute en el contrato con el hotelero, a modo de sanción económica, por ofertar un hotel con una playa al lado, que la mayor parte del tiempo no pueden utilizar porque está en obras.
Francisco Betancor reclama a Costas mayor sensibilidad con el sector, que habiliten un paso para que los clientes puedan acceder a la playa, «ya que las obras que actualmente llevan a cabo no afectan directamente a la zona de baño». «Creo que no debe ser muy complicado, sólo es cuestión de buscar una solución», señala el hotelero.
Este periódico se puso en contacto con la Demarcación de Costas en Canarias para conocer la opinión del organismo estatal encargado de ejecutar tales trabajos, pero su máximo responsable se encuentra fuera de la isla y no regresará hasta la próxima semana.
La comercialización de los productos turísticos tienen su secreto, y si no se está al corriente de los mismos, lo mínimo que hay que hacer es consultar con quienes conocen del tema. Esto fue lo que al parecer no hizo la Dirección General, que al cerrar las playas de El Veril y del Cochino ha cargado con reclamaciones y sanciones económicas a los hoteleros de la zona.
«Estamos quemados, nos llueven las reclamaciones todos los días», afirma Francisco Betancor, propietario del Hotel Lucana, señalando que no entiende los motivos por los cuales la Dirección General Costas sigue vallando los accesos a la playas.
«Todos hemos visto que han terminado con el vertido de la arena de las Canteras; esto nos parece muy bien, fabuloso, pero ahora la mantienen cerrada de lunes a viernes y la abren los fines de semana, y esto nos está costando dinero de nuestras empresas» enfatiza el empresario.
Francisco Betancor explica que los clientes compraron sus vacaciones en hoteles como el suyo por su cercanía con la playa y cuando llegaron se encontraron con la sorpresa de que no pueden hacer uso de las mismas, por lo que al regresar a su país de origen, como es habitual en clientes norte y centro europeos, interponen la correspondiente reclamación ante el turoperador, que fue quien le vendió las vacaciones.
Entonces el turoperador, que no tiene otro remedio que reconocer la veracidad de la demanda, paga la reclamación a razón de 150 euros por cliente, una cantidad que inmediatamente repercute en el contrato con el hotelero, a modo de sanción económica, por ofertar un hotel con una playa al lado, que la mayor parte del tiempo no pueden utilizar porque está en obras.
Francisco Betancor reclama a Costas mayor sensibilidad con el sector, que habiliten un paso para que los clientes puedan acceder a la playa, «ya que las obras que actualmente llevan a cabo no afectan directamente a la zona de baño». «Creo que no debe ser muy complicado, sólo es cuestión de buscar una solución», señala el hotelero.
Este periódico se puso en contacto con la Demarcación de Costas en Canarias para conocer la opinión del organismo estatal encargado de ejecutar tales trabajos, pero su máximo responsable se encuentra fuera de la isla y no regresará hasta la próxima semana.
El Informador de Maspalomas.